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Miedo al ridículo

  • Foto del escritor: Charles Gordillo
    Charles Gordillo
  • 21 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

En una charla, cuya sala de conferencias estaba llena de directivos y altos cargos del sector empresarial, Marta preguntó sobre los miedos, en una pregunta abierta dijo: ¿A que le tienen miedo? Luego de un par de minutos de silencio y de mirarse entre los asistentes, mencionaron: miedo al cambio, a las reformas legales, a la falta de inversión, otras más específicas como a la incertidumbre de la demanda, pérdidas en la cuenta de resultados, a la competencia ilegal, a que el cliente no responda como se espera, etc. Marta volvió a preguntar ¿A qué tienen miedo ustedes, como personas?, volvieron las respuestas esta vez un poco más personales: a la falta de información, a no conseguir resultados, a la falta de innovación, al tiempo, al cambio, a contratar personas equivocadas, etc.

Marta volvió a hacer otra pregunta: ¿Tienen miedo a no saber responder, a equivocarse o más bien tienen miedo al ridículo?, mirándose entre ellos y sus egos casi todos contestaron que no. De hecho en algunos no existía esa palabra en su diccionario.

O somos expertos en casi todo o tenemos el ego muy alto Marta respondió. Qué pasa cuando alguien en nuestra organización o en nuestro entorno nos sorprende con su sabiduría y expertis, nos cuestiona y nos corrige?, es posible que alguien sepa más que nosotros?, nos cuesta aceptarlo. O cuando tomamos decisiones equivocadas ponemos justificaciones para evitar ser juzgados, quedar mal o quedar en ridículo.


Por otro lado que pasa cuando no nos atrevemos a hablar por miedo a quedar mal, muchas de las veces y está demostrado que lo que íbamos a decir y no lo dijimos estaba en lo correcto, nos ha pasado? Muchas veces no entendemos muchas cosas, pero preferimos el silencio a preguntar o hablar, por qué? Por miedo al ridículo.

Al terminar una charla, cuando el expositor se dirige al público por preguntas, sabemos lo que cuesta que los asistentes las hagan. Esto creo que lo hemos experimentado todos, tras finalizar la intervención y dirigirse al público por preguntas, en la sala se siente un silencio incómodo “o todo se entendió muy bien o no se entendió nada”. El expositor generalmente anima a que las formulen, y en mi caso en particular si el tema me ha parecido muy interesante y tengo preguntas, generalmente espero a que un valiente pregunte primero, preferimos preguntar segundos o terceros o no preguntar porque siempre estamos atentos de lo que la gente pueda pensar o decir de nosotros, si nuestras preguntas son inteligentes, si son obvias o están fuera de foco. Vivimos en un mundo en donde lo que nos importa es no quedar mal por miedo al rechazo, donde lo que importa es que dice o piensa la gente sotre nosotros, no vivimos para nosotros, la sociedad nos ha vuelto diferentes, vivimos un mundo donde gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos.


En una universidad se realizó un experimento con los alumnos que asistían a una clase, mientras el profesor explicaba su conferencia, pidió a 2 estudiantes que salgan por un momento. Mientras ellos estaban fuera de clase, el profesor se puso de acuerdo con el resto de estudiantes en que cuando él formule una pregunta, todos se inclinen por la respuesta afirmativa aun cuando era obvio que no lo era. Ingresaron los dos estudiantes y continuaron escuchando la clase sin conocer la complicidad entre el profesor y el resto de alumnos. Cuando el profesor hizo la pregunta, el público se inclinó por la respuesta afirmativa, cuando le preguntó a uno de los estudiantes que salió su respuesta también fue afirmativa. Este ejercicio lo repitió varias veces con otros estudiantes y realizó la investigación llegando a la conclusión que las personas en general tienden a seguir a los demás, a lo que dice la mayoría, por miedo a quedar mal, por miedo a ser cuestionados o rechazados, por miedo al ridículo.


Nos ha pasado esto alguna vez?, cuan seguido lo experimentamos?, estamos presos de nuestra libertad por miedo al ridículo?, lo peor que puede pasar es preguntar lo obvio que no hará nada más que confirmar nuestra respuesta, recuerden que: “no hay preguntas tontas, tonto es el que no pregunta”.

El miedo al ridículo nos puede hacer perder muchas oportunidades, en la vida profesional y personal, en nuestro entorno. Al final del día lo peor que nos puede pasar es sonrojarnos y hacernos más sabios.

El perder el miedo al ridículo (que provoca risa o burla por resultar extraño, grotesco, diferente o extravagante) ha forjado a grandes líderes en la historia de la humanidad.

¿Cúal es tu caso?, compártelo y así ayudamos a muchos a vencer el miedo al ridículo!


 
 
 

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LEAN LIFESTYLE CULTURE: 

 

La Cultura de un Estilo de Vida LEAN es una forma de vida, una forma diferente. Establece sobre todo el generar hábitos que permiten realizar cambios e impactar nuestras vidas y las vidas de las personas.

Con adoptar hábitos para cambiar la cultura no consiguiremos la perfección, pero nos acercaremos. Lo que realmente importa es el camino y como lo vivimos, de ahí parte el Lean LifeStyle como forma y estilo de vida.

Preparémonos para que sucedan cosas extraordinarias en nuestras vidas y poder impactar a muchas más.!!

 ACERCA DEL AUTOR: 

 

Charles Gordillo, apasionado del LEAN LifeStyle y la Mejora Contínua ha desarrollado este blog con el fin de llegar a sembrar en muchas personas ese espíritu de cambio, de conseguir resultados a través de un enfoque diferente, un enfoque que transforme nuestra vida.

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